Siento su mirada en mi espalda y controlo mis ganas de voltear a ver y perderme en sus ojos claros. Es como la representación de una de mis mejores fantasías, salido de la misma para inquietarme y desequilibrarme por completo. Ahora que lo sabe todo es diferente, trato de usar mi cabeza y no dejarme llevar por las ganas que le tengo, quiero acercarme y besarlo en la mejilla, sentir su olor y con un abrazo atrevido que su aroma se quede impregnado en mi un buen rato. Quiero pero no debo. Hoy tenía esa playera gris que tanto me pone, ¿Estará consiente de lo sexy que se ve usándola? Apuesto que no tiene una jodida idea.
Creo que lo que más me descontrola es su risa, contagiosa, infantil y un poco escandalosa, automáticamente sonrío y llama mi atención, nuestras miradas se encuentran como por dos segundos y es suficiente para ponerme nerviosa y actuar como idiota. ¿Como se supone que deba actuar ahora? ¿Que podría decirle para atraer su atención? Cómo es posible que una sola persona me haga sentir tanto dentro. Mis hormonas encendidas, mis latidos a mil por hora, mi sonrisa de oreja a oreja y mis piernas temblorosas...
Sus labios están cerca de los míos y no tengo la fuerza suficiente para contenerme. Lo beso sin pensarlo a la espera de su rechazo pero en vez de eso sus labios me aprisionan y exigen más, una explosión se apodera de mi cuerpo y no dudo en subir las apuestas, mi lengua baila dentro de su boca e intento abrazarlo pero sorpresivamente el me toma la delantera y me atrae hacia el en un abrazo posesivo, su beso se vuelve fogoso y apasionado y por ningún motivo quiero que se detenga. Sin dejar de besarme me toma en sus brazos y yo rodeo su cuerpo con mis piernas mientras empieza a caminar lentamente hasta que siento topar con una pared. Sus labios, exquisitos tal y como me lo imagine tantas veces, incluso mejor. Sus manos traviesas empiezan a tantear mi cuerpo y yo siento que estoy ardiendo por dentro y solo pienso en las ganas que tengo de decirle que me haga el amor ahí mismo pero justo en el mejor momento todo se detiene, nuestros labios se separan bruscamente y solo se escuchan nuestras respiraciones entrecortadas, su mirada me penetra por completo y de repente me siento avergonzada, frente a frente y ni una palabra, su cuerpo seguía pegado al mío y yo estaba completamente atolondrada. ¿Si se detuvo por qué no me suelta?. Pasamos una eternidad en esa posición hasta que cedió un poco y pude al fin desligar mis piernas de su cuerpo para poner mis pies en la tierra de nuevo. No dijo nada pero no dejaba de verme, sus dedos rozaron mi cara y luego mis labios, sus ojos brillaban y al fin una sonrisa apareció en su hermoso rostro. -Di algo, pensé, pero solo me dio un tierno beso en la frente para luego marcharse así nada más.. Estaba confundida y aún con la respiración entrecortada, estaba segura que su beso me iba a mantener en una nube el resto del día. . .
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