No habia nadie en el lugar, practicamente estábamos solos pero el aire olía a sexo, sexo inmediato, sin ataduras y rápido. No decíamos nada pero estudiábamos cada paso del otro, como esperando algo inevitable, sabíamos que sucedería, lo deseabamos, los dos..
Traté de ignorar el hecho que llevaba ese atuendo que tanto me prendía y me hice la loca tomando un poco de agua y tratando de esquivar su mirada. Sudaba a chorros y ardía por dentro, no solo por el ejercicio, sino también.. por el. Mi celular sonó y me distrajo al fin de tanto sucio pensamiento, un mensaje de mi mejor amiga, tomándome todo el tiempo del mundo lo respondí cuando de repente sentí su respiración en mi hombro desnudo, cogió mi cabello hacia un lado y me hablo directamente al oído. - ¿A quién le escribes? me preguntó. Me quedé pasmada tratando de que mi boca expulsara alguna respuesta pero nada. Me reí como una idiota y gire mi cara hacia él quedando intencionalmente más cerca de lo permitido. Aquel aroma era embriagador, a macho, a hombre, tal como me gusta. Esbozo una sonrisa y sin avisarme me besó, urgido y apasionado, esos labios eran tan deliciosos que me deje llevar por completo besándolo de la misma manera. Me aprisiono fuerte a su cuerpo escultural y yo solo sentía el mio temblar de deseo junto con mi corazón latiendo a mil por hora. Intempestivamente sus labios se separaron de los mios dejándome aturdida por completo, se acercó a mi y volvío a hablarme al oído:
- Tengo la llave del baño de hombres, voy a entrar y te quiero ahí en dos minutos. El corazón se me detuvo y antes de que pudiera decir algo o al menos ordenar todos mis pensamientos levanto el brazo despidiéndose de alguien que estaba saliendo precisamente del baño de hombres y caminó hacia el. ¡¿Pero qué demonios acaba de pasar?! Si piensa que voy a entrar a ese baño solo porque el me lo pidió esta loco. Traté de controlar la situación mientras lo observaba de espaldas hablando con ese tipo que noté volteó su mirada para donde yo estaba.Trague saliva y decidí olvidar los últimos cinco minutos y hacer como si nada. Entre al baño de mujeres y estaba vacío, me sentía aturdida, mareada, desconcentrada y un poco excitada. Aggg.. ese hombre!. Esta más loco que yo.
Empece a quitarme la ropa cuando escuche un ruido de una puerta cerrandose. Seguramente se dio cuenta que no seguiría su juego y se encerro en el baño como niño chiquito. Me enrede en una toalla y me rei con mi reflejo en el espejo cuando de la nada su imagen apareció dejándome helada completamente.
- ¿Pero es que no sabes seguir instrucciones?
- Yo no tengo por que hacerte caso de nada.
- No tienes ni la menor idea de lo sexy que te ves de espaldas usando esa toalla. - Su voz era tan provocativa que no pude evitar seguirle el juego, verlo ahí parado con esa mirada sensual me encendió más de lo que ya estaba. Lentamente empecé a dejar caer la toalla dejando al descubierto mi espalda desnuda sin quitarle la mirada en el espejo. Sus ojos me recorrían sin pestañar y se empezó acercar a mi sin decir nada, senti sus dedos recorriendo mi espalda y cerre mi ojos perdiendome en esa exquisita sensación. Sus labios aprisionaron mi oreja y luego bajaron por mi cuello, mi respiración aumentaba tanto como mis ganas de poseerlo. - Alguien va entrar y nos verán le dije sonando menos despreocupada de lo que en realidad quería sonar. - No hay nadie. Cerré la puerta principal, estamos solos. Y al terminar de decir esa frase me reí al notar su mirada perversa en el espejo. Se deshizo de mi toalla dejándome desnuda por completo, me mordi el labio viendo mi reflejo y su cara de deseo, me observo por un tiempo que pareció ser eterno y luego me volteó bruscamente para devorarme con un beso, rodee mis brazos en su cuello y me apreté fuerte con su cuerpo mientras sentía su mano recorriendo mi espalda hasta llegar a mi trasero. Lo solté y me deshice de su ropa lo más rapido que pude, su cuerpo era precioso, masculino, sexy, y estaba a punto de ser mio. Al llegar al boxer no pude evitar sonreír, estaba listo para mi pero antes de que se lo quitará me tomo en brazos y me sentó en el mueble del lavamanos, se acercó a mi, me dio un rico beso y se lo quito revelando lo que yo deseaba desde hace mucho. Mi cuerpo ardía y sin pedir permiso me penetro salvajemente llevándome a las nubes, heché mi cabeza hacia atras disfrutando de sus deliciosas embestidas, aruñé su espalda mientras entraba y salía de mi una y otra vez, su lengua era exquisita y sus besos sabían a miel, sentirlo dentro de mi mientras me besaba así sobrepasaba cualquier experiencia de las que había tenido en mi vida. Lo enredé con mis piernas y le pedí más, más fuerza, más profundidad. Jalé de su cabello y le mordí con cariño la oreja lo que hizo que parara de besar mi cuello, volvió su mirada a la mía y me observo con diversión mientras me poseía con rudeza, los vidrios estaban ya empañados a causa de nuestros escandalosos jadeos y yo quería más de el. Me baje del mueble y le di la espalda pegándome a su cuerpo bañado en sudor, sus manos recorrían mis brazos y yo disfrutaba de su cercanía, olía delicioso, nuestras esencias mezcladas eran el afrodisiaco perfecto. Despacio volvió a entrar en mi y sus movimientos que hace un rato eran salvajes se volvieron lentos y exquisitos, sus manos ahora conocían mis pechos y ahora el mordía con cariño mi oreja. Tenerlo así me enloquecía por completo y sus movimientos sincronizados y perfectos me dieron el primer orgasmo. Sonriendo satisfecho salio de mi y me llevó a la regadera, el agua en mi cuerpo se sentía de maravilla pero lo mejor era tenerlo a el frente a mi desnudo y mojado. No podía creerlo, ahí estábamos como locos besándonos en la regadera del baño de mujeres en su gimnasio. El agua aumentaba mi lívido y le pedí que me hiciera suya de nuevo, me tomo en sus brazos sin ninguna dificultad y esta vez no le quité la mirada mientras me penetraba, cazábamos perfecto, se sentía delicioso y en ese momento sentí que me volvía adicta a sus besos y a sus movimientos. Su lengua perversa hizo de las suyas en mi boca, mi cuello y luego jugó un poco con mis pezones pero nada se comparo con la explosión que me causó luego que llevo su lengua a mi sexo, ahí estaba yo gimiendo de placer, verlo en esa posición sobrepasaba mis fantasías con el, sonreí al notar que gozaba haciéndolo pero que en realidad la que estaba perdiendo la cabeza era yo. Sentí que estaba entrando en un trance cuando sin avisar vino a mi, esa explosión mágica que se apoderó de todo mi cuerpo y me llevo a la luna de ida y vuelta, ahogue un grito mientras el hacia un recorrido de besos hasta culminar en mi boca, sellando ese momento con un beso tierno y sensual. - Me encanta tu sabor, dijo sonriendo y yo no pude decir nada porque en realidad no sabía ni en donde estaba parada, me sentía en una nube, increíblemente satisfecha y alucinando. Salió de la regadera, cogió mi toalla y luego me envolvió en ella, volvió a besarme y yo no podía parar de sonreír ¿Que acaba de pasar?.
- Será mejor que te arregles, tengo que irme en 20 minutos y aunque quisiera tenerte más tiempo encerrada aquí no puedo.
- ¡¿Estas de broma?!
- Ójala, pero te das cuenta que me quedas debiendo algo y me las voy a cobrar. Hoy saliste ganando tu pero luego me tocará a mi.
- ¿De que hablas? Yo no te debo nada.- No pude evitar sonreír al decir esto, sabía a lo que se refería y la sola idea de repetirlo me entusiasmaba demasiado. Se hechó una carcajada, me pegó con cariño una nalgada y puso de nuevo sus deliciosos labios sobre los míos. Definitivamente aquí tiene que haber segunda parte..
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