Esa camisa negra le quedaba increíble. Tenía toda la vista para mi sola desde el segundo nivel, podía observar sus movimientos y por momentos podría jurar que nuestras miradas se cruzaban por segundos claro, ya que mi miedo a su reacción me hacía voltear hacia otro lado. Estoy segura que el sabía que lo observaba. Podía aprovechar los momentos en que sus hermosos brazos levantaban esa barra pesada para quedarme mirándolo fijamente, estaba tan concentrado y sexy y mientras yo caminaba en la banda miles de pensamientos sucios rondaban en mi cabeza, no podía evitar pensar en todos los rincones de ese gimnasio en donde podría pervertirlo y que su sudor se mezclara en mi cuerpo, su escencia, su olor, impregnados en mi... Traté de evitar pensar en ello pero su hermoso físico y su sonrisa no me lo permitían, se veía tan fuerte y masculino que juro que tuve un miniorgasmo, mis dedos temblaban de la necesidad que tenían de pasar sobre su hermoso cabello, quería lamerlo, besarlo, devorarlo así como estaba, así precisamente, sudado, agitado y jodidamente sensual. Me mordí el labio para controlar mis celos mientras hablaba con una tipa, se reía y juro que yo me derretía, como hubiera querido ser yo en ese momento, estar frente a el y simplemente disfrutar verlo y escucharlo reir. Maldita suertuda.
Empecé a correr y a tratar de distraerme con mis audífonos cuando noté que la tipa se despidió y se fue. Él se quedó solo y empezó a realizar sus ejercicios de nuevo cuando de repente clavó su mirada en la mía, por alguna razón no la evadí pero solté una risita que sin lugar a dudas puso en evidencia por completo mi enamoramiento, mis ganas de comérmelo y creo que hasta mi fantasía. Me hice la tonta pero el se dió cuenta. Mierda. Estaba sudando a chorros pero ya no era por correr, me puso nerviosa, demasiado para mi gusto. Sus compañeros llegaron y lo obligaron a distraerse, yo seguí corriendo y me di cuenta que habían pasado ya 46 minutos y sonreí al pensar como es que el tiempo se va mientras mi mente divaga y piensa en el, me doy cuenta de la motivación que representa y soy feliz de verlo todos los días.
Estoy tratando de llevar la fiesta en paz, de no fijarme en nadie pero luego el me mira y estoy deseando con todas mis fuerzas que me haga suya. Quiero ser suya a como de lugar.
Empecé a correr y a tratar de distraerme con mis audífonos cuando noté que la tipa se despidió y se fue. Él se quedó solo y empezó a realizar sus ejercicios de nuevo cuando de repente clavó su mirada en la mía, por alguna razón no la evadí pero solté una risita que sin lugar a dudas puso en evidencia por completo mi enamoramiento, mis ganas de comérmelo y creo que hasta mi fantasía. Me hice la tonta pero el se dió cuenta. Mierda. Estaba sudando a chorros pero ya no era por correr, me puso nerviosa, demasiado para mi gusto. Sus compañeros llegaron y lo obligaron a distraerse, yo seguí corriendo y me di cuenta que habían pasado ya 46 minutos y sonreí al pensar como es que el tiempo se va mientras mi mente divaga y piensa en el, me doy cuenta de la motivación que representa y soy feliz de verlo todos los días.
Estoy tratando de llevar la fiesta en paz, de no fijarme en nadie pero luego el me mira y estoy deseando con todas mis fuerzas que me haga suya. Quiero ser suya a como de lugar.
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