Ella podía llamarlo, podía hacerlo a la hora que quisiera, en el momento y el día que fuera. Solo tenía que tomar el teléfono, marcar su número y decirle con todas sus letras lo que rondaba por su cabeza. Quiero hacerte el amor, era lo más sencillo y lo más difícil al mismo tiempo. Sabía que la respuesta de el sería un seco pero seguro SI, los últimos días había quedado más que claro que había deseo corriendo en las dos vías, que el no era indiferente a ella y que solo era cuestión de encontrar el momento exacto para poder llevar a cabo lo que parecía inevitable... ¿Pero como podía dejar pasar más tiempo? Ahora que ella estaba segura que el la deseaba era imposible sacarse aquello de la cabeza, soñaba con el, lo añoraba.. lo pensaba rozando al límite de la obsesión pero sin llegar a tal. Tendría que verlo todos los días y hacer de cuenta que todo estaba normal, hacerle creer que el saber todo aquello no le afectaba en nada. El autocontrol amenazaba con descomponerla por completo, se volvería loca si ese momento que esperaba desde hace mucho tiempo no llegaba. Moriría si el después de todo aquello que dijo la rechazaba. Tal vez lo soñó.. tal vez lo que creyó que dijo no lo dijo en serio y entonces...
No.
Fue real. Tan real que tuvo un orgasmo ese día. Aún puedo escuchar su voz.. diciéndome de mil formas que me desea.
La vida es tan jodidamente impredecible.
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