S-exercice II

Hoy rocé su mano. Fue increíble. Luego sus ojos se quedaron teniendo una conversación con los míos y entonces sentí un poco de magia entre los dos. Claro que fueron segundos, pero quiero creer que el también lo sintió y que ese momento fue especial para los dos...

Por más que lo intento no puedo dejar de imaginarme su cuerpo desnudo sobre el mío, con sus hermosos y fuertes brazos aprisionándome y regalándome sensaciones fuera de este mundo. Quiero besarlo, ¡Oh Dios mío muero por hacerlo!, me muerdo el labio cada vez que lo veo y los latidos de mi corazón me causan un terremoto en todo el cuerpo, me dominan y no sé si un día de estos opte por explotar.. frente a el. Tiene control sobre mi y aún no lo sabe, no esta consciente que esta simple mortal es enteramente suya y si me lo pidiera lo sería en muchísimas formas de las que ni siquiera se podría imaginar. Lo deseo tanto que el fuego que causa dentro de mi arde cada vez que me mira y lo tengo cerca, tanto que solo con que diga mi nombre siento espasmos en lugares escondidos, tanto que todas las noches imagino que sus manos son las que me tocan y me hacen llegar al éxtasis. Tanto que desde hace tiempo se ha vuelto dueño de mis sueños. Mis más profundas fantasías llevan su nombre y mis pensamientos han topado el más alto nivel de obscenidad, es demasiado, cada día se vuelve una tortura controlar todo esto, es inmenso, más grande que yo, me excita el mínimo contacto, la mínima sugerencia de interés. Quiero tocarlo, quiero sentirlo, quiero que nuestras pieles se fundan, que suden exageradamente mientras nuestros cuerpos de conocen y se unen en una danza erótica, quiero pasar mis dedos por su hermoso cabello y decir su nombre millones de veces, morderle los labios, deslizar mis manos por su hermoso trasero y deleitarme con su mirada mientras me hace el amor cuantas veces se le de la gana..

... sonriendo levanto su mano esperando una despedida amistosa pero infantil, no me resistí y opté por una más agresiva, tomé su mano y lo atraje hacia mi dejándole un beso nada amistoso en su mejilla y obligándolo a dejarme uno igual en la mía, puede que haya hecho mal o puede que el ya se haya dado cuenta y su sonrisa final haya sido de complicidad..

Espero que haya sido la segunda.

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