Les comparto este artículo que encontré :)
Es curioso que unas personas les cuelguen a otras el cartelito de “perdedor”. Perdedor, ¿en qué? Perdedor, porque no has amasado una buena cantidad de dinero; porque no tienes éxito en tus relaciones románticas o porque no vas de vacaciones a un paraíso tropical.
Que piensen lo que quieran, pero TÚ…
Cada persona vive su propia historia. Y tú no puedes ser perdedor en la historia de otro. Únicamente puedes serlo de la tuya, que no tiene porqué tener las mismas reglas ni los mismos objetivos que los de esa persona que te etiqueta de “perdedor”.
Te contaré algunas situaciones en las que yo considero que estoy perdiendo una “batalla”…
1. Cuando me quejo y no hago nada por cambiar mi situación.
2. Cuando culpo a otros de lo que me sucede, sin asumir mi responsabilidad.
3. Cuando dejo de intentar las cosas por miedo o por pereza.
4. Cuando renuncio a mis propios sueños, para vivir los sueños de otros.
5. Cuando me creo que ya lo sé todo y no necesito aprender nada más.
6. Cuando me pongo la zancadilla, dudando de mis capacidades o anticipando el fracaso.
7. Cuando no rectifico mis errores y me obstino en seguir golpeando la cabeza contra un muro.
8. Cuando pierdo la capacidad de apreciar lo bueno que me rodea.
9. Cuando confío a pies juntillas en lo que otros dicen y no me fío nada de mi propio criterio. ¿Pensar yo? ¿Para qué, si ya lo hacen otros?
10. Cuando espero que llegue el día perfecto, el momento ideal para hacer lo que he previsto… Veo la vida pasar y ese momento nunca llega.
11. Cuando dejo mi destino en manos de la buena suerte. No me esfuerzo. No lucho. Ya ocurrirá un milagro y yo tendré una vida mejor.
12. Cuando mato el tiempo, en lugar de invertirlo provechosamente.
13. Cuando hablo sin parar, sin ser capaz de escuchar a los demás ni a mí misma.
14. Cuando hago las mismas cosas que hacen los demás, sólo porque están de moda. Si todo el mundo se tira por un puente, allá que voy yo también a hacer lo mismo.
15. Cuando no me atrevo a tomar decisiones importantes. Ésas que se nos presentan a todos alguna vez. Y dejo que el tiempo pase o que otros decidan por mí.
16. Cuando trato mal a otras personas; cuando chismorreo o hablo mal de ellas, a ver si lleno el vacío de mi propia vida.
17. Cuando me esclavizo al pasado, ya sea por el rencor o porque fue un tiempo tan maravilloso, que prefiero seguir viviendo ahí que en el presente.
18. Cuando me preocupo por pequeñas cosas y monto un dramón alrededor de ellas.
19. Cuando pienso o hablo mucho acerca de lo que me gustaría hacer… y no queda en nada.
20. Cuando abandono al primer inconveniente lo que en su día empecé con ilusión.
¿Y tú?
Tú decides en qué momento vas perdiendo en esa aventura que es tu propia vida. Los demás, no. Ellos están viviendo la suya.
Y, en el peor caso, si te sientes un perdedor… no es para tanto. Tu historia no ha acabado aún. Todavía te queda mucho por vivir y por ganar, si quieres, si lo intentas…
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