A los
25 y divorciada, ni en mis sueños y pesadillas más locas hubiera podido ver
esto, pero claro, desde el inicio todo parecía ir al tremendo desastre. ¿Qué
podía esperar? No, no me casé por lo que se casa la mayoría de gente ahora, cero hijos, cero panza. Pero eso si, hay una herida
del tamaño del mundo que no creo que sané en un buen tiempo. Solo puedo decir
que me enamoré, pero como una verdadera pendeja y solo porque no me podía
arrancar literalmente el corazón y entregárselo, sino es capaz que me quedo sin eso también.
Es patético y de lo más estúpido ahora que todo paso y estoy aquí, a escasas
cuadras de mi apartamento al que tengo que llegar para deshacerme de todas las
cosas del hombre que una vez amé y que creí que iba a tener por el resto de mis
días. Lo primero que decido hacer sin vacilar es quitarme la argolla dorada con
la palabra “Por siempre”, si claro, si tan sólo esas argollas tuvieran fecha de
expiración así podría estar preparada para esto que estoy viviendo ahora. Debí de habermelo quitado semanas atrás, pero lo conservaba en mi dedo no de una forma enfermiza sino porque ya lo consideraba parte de mi, como lo consideraba a él.
No
estoy llorando, en realidad estoy de lo más serena y tranquila y no entiendo
por qué, lo más normal sería estar como histérica y que llegará a mi
apartamento a tirar y crear una fogata con todas sus cosas, empezando por su
madito IPOD lleno de música satánica. Claro, ahora vienen todos sus jodidos
defectos a darme por la cara, es un síntoma normal, creo. Supongo que cuando
esa persona ya no es la persona de la que te enamoraste, aparece este monstruo
de 3 patas, babeando, con cara de espanto, uñas encarnadas, dientes amarillos
como el sol y olor a basura y ves
como por arte de magia aparecer todas esas cosas que odiabas y te hacían enojar
de él, pero que en resumidas cuentas el hechizo del amor no te dejó verlas.
El
problema en esta historia es que sus defectos eran puras idioteces que nunca me
afectaron a nivel “esposa-bruja-loca” y mucho menos pensé que fueran motivo
para no seguir con una historia de amor de película, la verdad es que éramos un
dúo intenso y apasionado y estábamos intoxicados por nuestro amor, tanto que
nos dejamos llevar y acabamos casándonos a los 21 años.
Para
que voy a mentir, no fueron sus aromáticos pies, ni el hecho de que fuera
desordenado (porque yo también lo era y lo seguiré siendo) ni su jodida música del infierno. No. El
quería un hijo y todo fue tan rápido que ahora en estos precisos momentos
siento nauseas. Éramos tan jóvenes, bueno, aún lo somos, y es que eso fue el
problema, con 24 años de edad la palabra “Bebe” no formaba parte de mi vocabulario,
y lo que menos pensaba estando con el era en eso, ¿Para qué meternos a
problemas de ese tipo estando tan jóvenes? Y más en esos momentos que la
estábamos pasando tan bien, el y yo trabajando, ganando buen dinero juntos y
viajando. En los 3 años que estuvimos juntos salimos 5 veces fuera del país. Y
ahora que lo pienso no se como voy a borrar esos momentos de mi disco duro
porque hasta la fecha han sido los momentos más excitantes y preciosos de mi
vida, junto a el, junto a ese monstruo que creí por tanto tiempo que era un
príncipe, a su forma, rellenito y simpaticón, pero era mi principe.
No teníamos problemas serios, nos peleábamos si, pero siempre terminábamos
arreglándolo de una manera loca y creativa, ya fuera de su parte o de la mía,
teníamos tanta energía y poder juntos que un día pensé que íbamos a explotar.
Mis suaves sábanas están llenas de reconciliaciones eternas que nos unieron por
mucho tiempo, creo que también me tendré que deshacer de mi cama, hay demasiada
historia ahí, no solo sexo, historia pura y profunda que fue solo nuestra.
Con
todo este mar de pensamientos tal vez si me ponga llorona e histérica después
de todo. No debimos casarnos pensé. El divorcio es un lío que vuelve más
difíciles las cosas. Por suerte no éstamos peleando por bienes materiales, el
daño fue hacia nuestros sentimientos y nuestra vida, la que hechamos por la
borda, bueno, el. Ni yo le voy a quitar nada ni el a mi, luego de todo lo que
pasó sería un verdadero imbécil al hacerlo y al menos en todo el proceso se ha
comportado como tiene que ser. Aunque verlo no ha sido fácil, ahora el tiene un
hijo y una… novia. Me pregunto si es tan feliz ahora, y solo de pensarlo
sonrío, ¡Por supuesto que no!, conmigo tenía todo, bueno, todo menos hijos,
pero en mi mundo con él éramos invencibles y siempre pensé que llegaríamos lejos
estando lado a lado, SOLOS los dos. La edad de su
hijo representa el tiempo que estuve engañada y cuando lo veo me dan ganas de
llorar, no entiendo por qué tiene que ir “esa” a cada reunión con el abogado,
por Dios santo, ¡nos estamos divorciando! asi que te puedes llevar a tu hijo y
tus celos lejos de mi porque ¡Felicidades! Será tuyo. Tremenda mujer, pero su
físico no refleja su interior, es una verdadera arpía. Pero en fin, supongo que
eso es lo que el quería. No me gusta pensarlo ni admitirlo pero, su hijo es
precioso y estoy segura que será idéntico a el aunque tenga esos ojos verdes
que me recuerden siempre a la madre, la madre de su hijo, un hijo que pude
haber tenido yo para que todo esto no pasará nunca.. pero no. Yo no nací para ser
madre.
Por
suerte estoy a una audiciencia de mandar todo esto a la mierda. Ahora solo me
queda organizar mi apartamento y bueno.. empezar de nuevo.
Hala que historia, si hasta me dieron ganas de llorar... solo espero que estes recuperada pronto al 100 % y seguro que encuentras a otra persona que consigue acerte mucho más feliz, besitos
ResponderEliminarNena!! Gracias por tomarte el tiempo de leer mis ocurrencias jaja.. es una historia inventada.. Danielle es un personaje que inventé :)
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