Si el estuviera frente a mi, deseandome tanto como yo le deseo a el, viendome con esos ojos verde claro, intenso, sensual, gritándome con su cuerpo que me ama, que se muere por tocarme, que solo la distancia ridicula que nos separa en el momento, el tiempo y el hecho de que nos estemos estudiando el uno al otro, nos carcome por dentro y nos paraliza por completo, como si el mundo se parara solo para nosotros, para darnos tiempo de deleitarnos uno del otro, acariciarnos con la mirada, sin tocarnos, tan cerca, tan cerca de convertirnos en uno, esperando a que cualquiera de los dos tome la iniciativa para iniciar una guerra de amor, explosiones de caricias y besos apasionados. De repente siento correr en mi mano un hormigueo, deseo tocarle y lo hago cuando su reacción es la esperada y aumentada, en cuanto siente mi toque, me toma entre sus brazos rodeando mi espalda con sus enormes, delicadas y suaves manos, recorriendo por encima de mi blusa figuras sin sentido, su nariz topa con la mia y su boca es un imán para mi, lo beso, lo beso intensa y apasionadamente que casi obtengo un orgasmo solo con sentir su lengua, va más alla de mi, lo siento, lo deseo. lo amo y con mis ojos cerrados disfruto de sus movimientos, de sus manos recorriendo mi cuerpo.. abro mis ojos y me encuentro en mi cama, sola. Son las 4:00 a.m y empiezo el día con una sola pregunta.. ¿Será que algún día podré experimentar esto en mi disfuncional y trastornada realidad?.
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