No apto para masoquistas

Recordaba aquel momento en que estábamos en tu carro escuchando esa estúpida canción de fonseca, nunca me gusto, pero desde aquella noche la tengo grabada en mi, recuerdo haber memorizado tu cara, te toque diferente y me senti totalmente fuera del mundo en el que estábamos, me senti tuya, me senti feliz, estaba contigo. Recuerdo que sin hacer un sonido tarareabas la canción y yo embobada te miraba enamorada, deseando que ese momento nunca acabará, era la primera vez que tu lado romántico salío a relucir, lo gracioso de todo es que no nos dijimos una palabra, fue algo tal vez de 3 minutos y segundos pero que para mi, duro lo necesario para darme cuenta que estaba locamente ilusionada y apasionadamente enamorada de ti. Te amé demasiado, más de lo que merecias y más de lo que alguna vez podré sentir por alguien más. Tu forma de tocarme y de no verme esa noche no la puedo olvidar y estupida y sinceramente quisiera volverlo a vivir, ese calorcito que tenías, lo adorable y guapo que te veías, cuando creía que me amabas, cuando tus besos y tus caricias me confortaban, todos esos detalles que tontamente guardo en mi de ti, a veces siento que me van a matar un día de estos. Pero esa noche, esa noche que no me dijiste nada pero me dijiste todo, no la voy a olvidar nunca. Tu estado de ebriedad me lo dio.

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